Las sardinas contienen vitaminas y minerales
Se recomienda comer dos porciones de pescado por semana y la elección de pescados, principalmente grasos que contienen grasas omega 3. Esto puede ayudarte a alcanzar la ingesta recomendada de 7 a 11 g de grasas omega 3 por semana. Las sardinas son una buena opción para esto, ya que son una buena fuente de omega 3 y contienen una gran cantidad de otras vitaminas y minerales esenciales.
Información nutricional
Una ración 100 gramos aproximadamente de sardinas enlatadas en aceite contiene 240 calorías, 28 g de proteína y 15 g de grasa, de los cuales sólo 2 g son grasa saturada. También te proporciona 170 por ciento de vitamina B 12 para el día; 80 por ciento de vitamina D recomendada; 60 por ciento de fósforo; 45 por ciento de calcio; 30 por ciento de niacina; 20 por ciento de hierro; 15 por ciento de riboflavina; 10 por ciento de magnesio, zinc y vitamina B 6; 6 por ciento de tiamina y la vitamina A y el 4 por ciento de ácido fólico.
Contienen omega 3
Las sardinas son una de las mejores fuentes de grasas omega 3, que contiene 1,8 g de grasas omega 3 por 100 gr aproximadamente. El aceite de sardina contiene aún más, con 1 cucharada que contiene 3,7 g de ácidos grasos omega 3. Conservas de caballa y el salmón enlatado contienen poco más grasas omega 3, a 2,2 g por porción.
Beneficios Omega3
Grasas omega 3 son esenciales para el crecimiento y el desarrollo y la función cerebral. El consumo de suficientes grasas omega 3 puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón, presión arterial alta, colesterol alto, la osteoporosis y la degeneración macular, según la Universidad de Maryland Medical Center. También puede ayudar con el tratamiento de la artritis reumatoide, diabetes, trastorno bipolar, depresión, trastornos de la piel, enfermedad inflamatoria intestinal y el dolor menstrual.
Cosas a tener en cuenta
La satisfacción de sus recomendaciones de grasas omega 3 a través de la comida es mejor que tomar un suplemento. Para la mayoría de los beneficios para la salud, cocinar tus sardinas sin mucha grasa añadida, ya sea hornear o asar a la parrilla en lugar de freírlos. A pesar de que las sardinas son pequeñas y por lo tanto en un riesgo más bajo de mercurio, se debe variar el tipo de pescado que come para minimizar cualquier posible contaminación del medio ambiente.