El kaki también es conocido bajo el nombre de Palo Santo. Este tipo de fruta de origen tropical, pertenece a la familia de las ebenáceas.
Otoño e invierno, las mejores épocas para su consumo.
Sobre todo, los meses de otoño hasta principios de marzo son las mejores épocas para su consumo. En estas fechas este fruto adquiere un proceso de madurez, desarrollando todas sus propiedades y beneficios para el consumo.
El kaki se caracteriza por tener una piel lisa de color anaranjada. En su forma es parecida a la de un melocotón, y no suelen exceder de los 300 gramos.
El kaki contiene unas 70 kcal cada 100 gramos.
El kaki, está formado en su mayor parte por agua. Pero a pesar de su composición donde abunda este liquido, destacaremos que contiene unos niveles altos en carbohidratos.
Unos 16 gramos son el numero de hidratos de carbono que contiene esta fruta. en su mayoría, son glucosa y fructosa.
Estas propiedades hacen que esta fruta sea óptima para consumir antes o después del ejercicio físico. Facilitaremos una entrada de glucosa en sangre adecuada para que nuestros músculos dispongan de energía para los entrenamientos, asi como para una correcta recuperación.
El kaki es una rica fuente de vitaminas A y c
Una de las más importantes propiedades de el kaki es que es una rica fuente de vitaminas A, c y en menor medida vitamina E. Juntas, sera´las responsables de disponer de un sano sistema inmunitario.
La vitamina A, también conocida como retinol, esta compuesta en abundancia por betacarotenos. Los betacarotenos van a proteger a nuestro corazón y a nuestra piel ante los radicales libres. Unos correctos niveles de Vitamina A siempre nos favorece a mantener una vista sana, a esta propiedad es debido su nombre; Retinol.
Contiene gran cantidad de vitamina C. Gracias a su consumo, dispondremos de de un sistema inmunitario saludable, fortalecido ante patógenos externos.
Estas vitaminas, favorecerán la creación de glóbulos blancos y glóbulos rojos así como el mantenimiento de nuestros huesos. Por lo tanto es un buen aliado para mantener unas buenas defensas y estar protegidos ante numerosas enfermedades como la osteoporosis o la anemia.
Junto a la vitamina A y la vitamina C aunque en menor presencia también incorporamos la vitamina E para mantener una mínima oxidación celular.
El kaki tiene propiedades antioxidantes.
Esta fruta, también es un potente antioxidante. Gracias a su gran cantidad de vitaminas y flavonoides, este es capaz de neutralizar las actividades perjudiciales de los radicales libres que circulan por nuestro organismo.
Su ingesta nos favorecerá a mantener un buen sistema circulatorio y en la prevención de enfermedades como el cáncer o el Parkinson. Al igual que enfermedades degenerativas, así como la pérdida de visión.
Al igual que el tomate, el kaki contiene licopeno. Este elemento nos facilitará a reducir las posibilidades de desarrollar cáncer de próstata vejiga o cuello de útero en el caso de las mujeres. reducirá también la aparición de células cancerígenas en el pulmón u órganos del sistema digestivo como el estómago.
Esta fruta, también se caracteriza por tener unos niveles altos de minerales.
El kaki nos aporta una gran cantidad de potasio.
Entre ellos, podríamos destacar el potasio,unos 300 mg por 100 gramos de fruta. Tener un los niveles de potasio óptimos en el organismo nos garantiza mantener un sistema locomotor fuerte y resistente para realizar nuestros ejercicios. Favoreceremos la entrada y la retención de agua dentro de nuestros músculos.
Por otro lado, podríamos destacar que el kaki presenta unos bajos niveles de sodio. Importante en dietas cuyo objetivo es mantener unos niveles bajos de grasa y agua intercelular. Ya que una de las funciones del sodio, es retener el agua en el espacio que hay entre nuestras células.
Controlando su consumo por su aporte calórico, el kaki es una fruta perfecta a incluir en nuestras dietas. Su abundancia en vitaminas y antioxidantes serán aliados para mantener firmes nuestras defensas y un organismo más fuerte y saludable.